La financiación de una Orquesta Sinfónica

La financiación de la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN) está siendo objeto de debate abierto en algunos medios de comunicación de Navarra y los músicos de la Orquesta también queremos dar nuestra opinión y ahondar, de paso, en la difusión de la labor social, educativa y cultural que realiza la OSN.

Una orquesta profesionalizada y cuyo modelo de gestión y financiación fue aprobado por acuerdo de Gobierno del 29 de diciembre de 1997, modelo, por cierto, muy semejante al de la Orquesta Filarmónica de Berlín, integrada en una fundación pública que depende económicamente del Land del Estado federado que le da nombre.

Nuestra orquesta realiza anualmente un ciclo de 14 conciertos de abono en Pamplona y Tudela, desarrolla programas educativos de divulgación de la música clásica con escolares y colabora habitualmente con el Orfeón Pamplonés, la Coral de Cámara de Pamplona, la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (AGAO), la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO), la Ópera de Cámara de Navarra, etc.

La OSN ha participado en el reciente festival de Flamenco On Fire 2015, desarrolla programas con asociaciones de personas discapacitadas, realiza programas en diferentes localidades y recupera repertorio de compositores navarros. También participa en el Festival de Música Contemporánea.

Así mismo, la orquesta tiene suscrito un acuerdo de colaboración con el Conservatorio Superior de Música de Navarra, a través del cual los alumnos realizan prácticas orquestales con la OSN que figuran inscritas dentro de su currículum académico. Recientemente se han iniciado sendos proyectos de formación y empleabilidad, como son la Academia Orquestal y el Programa de Educación Musical Infantil. En colaboración con la UPNA, se ha lanzado el curso “Experto en Repertorio Orquestal” para titulados superiores. Y se ha recuperado el concurso de violín Pablo Sarasate, a través del Sarasate Live, ampliando sus actividades y cosechando un gran éxito de público y reconocimiento mediático.

Los músicos de la OSN hemos estado comprometidos con la realidad musical y cultural de nuestra Comunidad desde el primer momento, trasladando a los diferentes Gobiernos exigencias artísticas y profesionales con el fin de que nuestra actividad tuviera el mayor beneficio social y cultural.

Nuestras reivindicaciones propiciaron una ampliación del foso del Teatro Gayarre, que supuso la ampliación del repertorio que se podía interpretar a partir de entonces. Nuestra inquietud profesional motivó la creación de la Fundación Pablo Sarasate en 1997 y después, cuando todo era “glamour” con nuestras giras internacionales, alertamos repetidamente al Parlamento y al Gobierno, de que la gestión se estaba apartando notablemente de sus fines fundacionales.

A pesar de que algunos sectores nos quieren identificar con actividades elitistas, seguimos insistiendo en la necesidad de nuestro trabajo para cualquier sociedad avanzada y en la apuesta clara por realizar una labor de calidad en beneficio de la ciudadanía, entendiendo la difusión de la cultura como un bien común.

Y ahora, que se empieza a cuestionar públicamente la gestión de la Orquesta en años anteriores, nos duele que algún medio relacione injustamente esa gestión con los músicos, ilustrando las informaciones con fotos de los músicos actuando en el escenario. Es necesario recordar que hemos sido nosotros los que, con insistencia, hemos defendido un mayor control por parte del Gobierno de turno de la financiación de la OSN.  Y en este momento, una vez más, volvemos a exigir que todas las dudas sobre el destino de la financiación de la Fundación se esclarezcan y que se pidan responsabilidades a los gestores.

Que la partida destinada a la OSN haya crecido porcentualmente es consecuencia matemática de la reducción del presupuesto de Cultura, que sólo demuestra que, una de dos, o se ha reducido excesivamente dicho presupuesto de cultura o la partida destinada a la OSN no debe estar en ese presupuesto por exiguo.

Pero seguimos creyendo que nuestra empresa merece una financiación pública que garantice nuestra actividad y, por supuesto, también nuestros sueldos, que son fruto de una negociación colectiva, como los de cualquier otro trabajador, en una partida separada de entidades que no tienen ni el peso ni el carácter de esta empresa de 60 trabajadores.  Porque, de igual forma, es impensable que las bibliotecas (y sus trabajadores) se sostengan con los abonos de sus lectores o que los museos (y sus trabajadores) se paguen con los ingresos de sus visitantes. Como también es impropio que los salarios de los médicos estén en la misma partida que las jeringuillas o que el de los profesores de conservatorio esté en la misma que las becas.

Los músicos hemos sido y esperamos seguir siendo el motor de cambio en esta empresa.

Comité de Empresa de la OSN.


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